domingo, 15 de septiembre de 2013

El otoño asoma a Central Park

Pasear por Central Park siempre es un placer, pero ahora, cuando la temperatura parece darnos una tregua y el otoño empieza a asomar en las hojas de los arboles, pasear por el parque es un autentico privilegio.


El oasis en medio del desierto, la calma tras la tempestad, no es que el parque del Retiro tenga mucho que envidiarle, yo creo que la fama le viene por el contraste que presenta frente al caótico Manhattan.
Desde éste privilegiado lugar del planeta, se aprecian más los colores, se ve más claro el cielo, se puede sentir el silencio, el propio y el ajeno, sales del caos para entrar en un oasis de paz y tranquilidad envuelto en  olor a naturaleza.
Central Park tiene una extensión de 3,4 km2 y una forma rectangular, justo en el medio de la isla de Manhattan. Es el parque más visitado de Estados Unidos, unos 25 millones de personas al año,  aunque en la inmensidad de su espacio, la cantidad de visitantes casi ni se aprecia, si queréis verlo en su totalidad requiere de planificación ya que toma bastante tiempo. Se puede recorrer en bicicleta o en coche de caballos, aunque mi recomendación es que lo hagáis a pie, solo así se puede acceder a cada uno de sus rincones y disfrutar del cielo azul, tan azul que a veces deslumbra, sin que ningún de los enormes rascacielos se entrometa en el paseo.
De momento, y ya que creo que no he recorrido ni la mitad del parque, uno de mis rincones favoritos, es  "Conservatory Water"  un lago artificial inspirado en los estanques parisinos para barcas de finales del siglo XIX , y  que en los meses de verano sirve para disfrute de adultos y niños con sus veleros a control remoto.
Se encuentra ubicado en E 72 St y E 75 E y pesar de su cercanía con la 5 Avenida, impresiona no escuchar ni un ruido por  su ubicación en una hondonada , solo el silencio a veces confundido con el canto de los estorninos. 


En la zona norte del pound se encuentra una de mis esculturas favoritas del parque ¨Alice in wonderland¨ La escultura de bronce representa a Alice sentada en un hongo gigante junto al Conejo Blanco y su reloj de bolsillo. Mirando por encima de su hombro esta el gato de Cheshire, flanqueado por el lirón, y por el otro lado, Mad Hatter, que en contraste con la calma Alice parece a punto de reír a carcajadas en cualquier momento. La obra de José de Creeft, escultor de origen español, fue inaugurada en 1959, y está rodeada de placas con inscripciones del libro de Lewis Carroll.
El diseño de la escultura atrae a niños y no tan niños que quieren subir a sus muchos niveles o fotografiarse entre las figuras. 

Este post me gustaría dedicárselo a " mi niña" Áurea, por no dejar de ser nunca una niña, aunque ella ya tenga la suya propia, y por vivir en ese particular mundo maravilloso. Siempre que paseo por Central Park pienso en lo mucho que aprendería de ella si me acompañara, aquí te espero!

No hay comentarios:

Publicar un comentario