domingo, 29 de septiembre de 2013

El barrio de Cobble Hill

Cuando uno deja atrás su ciudad, su familia, sus amigos y emprende una aventura como la nuestra, nunca se está seguro de cuanto tiempo tardará en crear hogar, en sentirse como en casa.

En eso, tienen mucho que ver, por no decir  todo, las personas que te encuentras.
Me siento afortunada por poder decir que mi amiga Anny, ha pasado de ser esa conocida del barrio, de origen dominicano, aunque más newyorkina que el mismísimo Woody Allen, a formar parte indispensable de esta nueva familia que hemos encontrado. Pero sobre todo y sin lugar a dudas, es una de las personas que más me ha ayudado a sentir esta ciudad como mi nuevo hogar.
Tengo para mucho más que un post con todos los rincones que he descubierto a su lado, pero hoy me gustaría compartir con vosotros el barrio de Cobble Hill.

Este famoso barrio situado en el noroeste  Brooklyn, es adorado por los newyorkinos, por su proximidad a Manhattan, pero sin perder ni un ápice del encanto de los barrios familiares, con calles repletas de comercios, parques pequeños y acogedores, y el ya conocido por vosotros Pier 6, para tomar el ferry a Governor Island.

Cobble Hill, con esa mezcla de arquitecturas, los edificios de 1800 con sus famosas escaleras de incendios exteriores y los típicos brownstones. Los restaurantes de moda y las tiendas vintage convierten a este barrio en uno de los mas trendy de Brooklyn.


Las calles mas comerciales son Smith y Court, junto con Atlantic Avenue, en ellas es fácil descubrir los restaurantes con más encanto de Brooklyn, tanto que durante el fin de semana para tomar el brunch tienes que hacer cola en la calle, te acompañe o no el buen tiempo. Especialmente recomendable el Cafe Lulu, con su chickpea salad, es decir, los garbanzos de toda la vida.


Tiendas de moda, donde encuentras desde las ultimas sneakers, a botas de agua con unos precios imposibles,  y que deben servir, no solo para que no te mojes los pies, sino para que veas el día radiante y luminoso. Papelerías, tiendas de dulces, o flea markets con vaqueros que se pondría en su día Nora Jones, una de las celebrities del barrio.


 De este barrio, destacan los browstones, las famosas casas de piedra marrón con escaleras y jardines delanteros, tan típicos de Brooklyn. Las puertas de las casas, las pintan, las decoran con mimo, las llenan de flores, buscan los adornos temporales, Halloween, Thanksgivin, Christmas.... como si el exterior de sus casas fuera una prolongación de su propio salón.
Es imposible pasar por ellas y no desear que alguna vez la vida, te permita tener unas escaleras como esas para sentarte a leer mientras tomas un café.




Y con esto me despido, no sin antes desearos amigos que disfrutéis de esa familia que cada uno escoge, me siento una privilegiada por poder sumar amigos en cada sitio al que voy, por seguir aumentando poco a poco mi gran familia. Que paséis una feliz semana!







domingo, 22 de septiembre de 2013

Un día en Governor Island

En esta ciudad, donde todo cuesta dinero, descubrir un ferry gratuito que te permite observar Manhattan desde un punto de vista privilegiado, es todo un acontecimiento. Queríamos disfrutar de un paseo en ferry y acabamos descubriendo y disfrutando de mucho más que una isla o un paseo en barco.
Governor Island está ubicada en el New York Harbor a menos de un kilómetro del lower Manhattan y separada por menos de medio kilómetro  por el Buttermilk Chanel de Brooklyn.


El Ferry puede cogerse desde los dos orillas; en Manhattan desde la terminal de Battery Maritime Building o en Brooklyn desde el Pier 6. Este Pier que es desde donde zarpamos a la Isla de los Governadores, merece en sí un hueco entre mis rincones favoritos.

Ubicado entre los barrios de Brooklyn Heights y Cobble Hill, es destino elegido tanto por niños como adultos cuando empieza el buen tiempo, parque, columpios, arena para jugar al voleyball y el famoso ferry gratuito a la isla. Éste, que sale cada 20 minutos, se puede coger llevando bicicleta, lo que da prioridad a la hora de acceder al ferry, aunque no podréis subir a la parte de arriba que es desde donde se tienen las mejores vistas. Mi recomendación es que dejéis partir un ferry y esperéis pacientemente, al menos bajo techo, a que llegue el siguiente, sino el sol puede acabar con todas vuestras energías.

El origen del nombre de Governor Island  data de 1698, cuando la ciudad era una colonia inglesa, la asamblea colonial había reservado la isla para el uso exclusivo de los gobernadores de Nueva York.
En 2001, las dos fortificaciones históricas y sus cercanías fueron constituidos monumentos nacionales. Fort Jay, un bastión, empezado en 1794, y demolido en  1806, para volver a construirse bajo el nombre de Fort Columbus. En 1904 fue de nuevo renombrado con su nombre original. El segundo fuerte es Castle Williams, un búnker redondo finalizado en 1811 y que fue usado como prisión militar.
El Estado de Nueva York administra la isla, pero una decena de hectáreas están bajo la jurisdicción del Servicio de Parques Nacionales.

La isla no permanece abierta al público habitualmente, solo desde el Memorial Day, último lunes de mayo, hasta el primer lunes de septiembre, Labor Day. Todos los sábados y domingos, además de los lunes festivos, desde las 10 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Para pasear por la isla, aunque no es muy grande, lo mejor es alquilar una bicicleta y así recorrela en su totalidad. Durante la temporada estival se organizan numerosas actividades, conciertos y exposiciones.
Es un destino ideal para despreocupados paseos en bicicleta, que se pueden alquilar por 15 dólares la hora o 25 dólares todo el día, también podéis alquilar bicicletas para 4 o 6 personas que cuestan entre 40 y 60 dólares diarios.

Al suroeste de la isla se encuentra Picnic Point, un magnifico lugar donde puedes disfrutar de una comida al aire libre con vistas a la Estatua de la Libertad. 
Governord Islad es un lugar mágico con cantidad de espacios verdes, variedad de nogales, robles y castaños, espectaculares vistas de Manhattan desde su orilla y que por un momento te traslada a otra época, en la que esperas ver aparecer a los soldados confederados montando en sus caballos.

Y con esto me despido que paséis una feliz semana y disfrutéis de los recuerdos del verano, ahora que le acabamos de dar paso al otoño.




domingo, 15 de septiembre de 2013

El otoño asoma a Central Park

Pasear por Central Park siempre es un placer, pero ahora, cuando la temperatura parece darnos una tregua y el otoño empieza a asomar en las hojas de los arboles, pasear por el parque es un autentico privilegio.


El oasis en medio del desierto, la calma tras la tempestad, no es que el parque del Retiro tenga mucho que envidiarle, yo creo que la fama le viene por el contraste que presenta frente al caótico Manhattan.
Desde éste privilegiado lugar del planeta, se aprecian más los colores, se ve más claro el cielo, se puede sentir el silencio, el propio y el ajeno, sales del caos para entrar en un oasis de paz y tranquilidad envuelto en  olor a naturaleza.
Central Park tiene una extensión de 3,4 km2 y una forma rectangular, justo en el medio de la isla de Manhattan. Es el parque más visitado de Estados Unidos, unos 25 millones de personas al año,  aunque en la inmensidad de su espacio, la cantidad de visitantes casi ni se aprecia, si queréis verlo en su totalidad requiere de planificación ya que toma bastante tiempo. Se puede recorrer en bicicleta o en coche de caballos, aunque mi recomendación es que lo hagáis a pie, solo así se puede acceder a cada uno de sus rincones y disfrutar del cielo azul, tan azul que a veces deslumbra, sin que ningún de los enormes rascacielos se entrometa en el paseo.
De momento, y ya que creo que no he recorrido ni la mitad del parque, uno de mis rincones favoritos, es  "Conservatory Water"  un lago artificial inspirado en los estanques parisinos para barcas de finales del siglo XIX , y  que en los meses de verano sirve para disfrute de adultos y niños con sus veleros a control remoto.
Se encuentra ubicado en E 72 St y E 75 E y pesar de su cercanía con la 5 Avenida, impresiona no escuchar ni un ruido por  su ubicación en una hondonada , solo el silencio a veces confundido con el canto de los estorninos. 


En la zona norte del pound se encuentra una de mis esculturas favoritas del parque ¨Alice in wonderland¨ La escultura de bronce representa a Alice sentada en un hongo gigante junto al Conejo Blanco y su reloj de bolsillo. Mirando por encima de su hombro esta el gato de Cheshire, flanqueado por el lirón, y por el otro lado, Mad Hatter, que en contraste con la calma Alice parece a punto de reír a carcajadas en cualquier momento. La obra de José de Creeft, escultor de origen español, fue inaugurada en 1959, y está rodeada de placas con inscripciones del libro de Lewis Carroll.
El diseño de la escultura atrae a niños y no tan niños que quieren subir a sus muchos niveles o fotografiarse entre las figuras. 

Este post me gustaría dedicárselo a " mi niña" Áurea, por no dejar de ser nunca una niña, aunque ella ya tenga la suya propia, y por vivir en ese particular mundo maravilloso. Siempre que paseo por Central Park pienso en lo mucho que aprendería de ella si me acompañara, aquí te espero!

domingo, 8 de septiembre de 2013

Falling in love with Brooklyn


Estaba dudando, sobre como continuar con la cantidad de rincones favoritos almacenados en mi memoria, cuando un paseo a nuestra biblioteca municipal me indicó el camino con una guía de Brooklyn.

No fue tarea sencilla encontrar donde vivir aquí, aunque nosotros lo teníamos muy claro y casi todo el mundo lo recomendaba dada nuestra situación familiar, niña y perro. Pero después de 10 días de búsqueda parecía misión imposible encontrar un apartamento con dos habitaciones y que no pareciera que estábamos alquilando en el barrio de Chamberí un ático, por el precio, pero con las dimensiones de una caja de zapatos.


Y así descubrimos Bay Ridge, en Brooklyn, donde los precios son normales y los apartamentos grandes, en cuanto salimos de la boca de metro ¨falling in love with Brooklyn¨. Fue una decisión acertada más que meditada, por muchísimas razones, pero entre ellas, destacán que aquí se ve el cielo, las gaviotas reemplazan al despertador casi todas las mañanas, la playa esta a quince minutos en metro, y todo es infinitamente más barato que en Manhattan.

Brooklyn, es uno de los cinco boroughs que ocupan la ciudad de Nueva York, y el que más población tiene, desde hace unos años se convirtió en el borough de moda, hipster, celebrities, todo el mundo quiere vivir aquí, porque tiene la ventaja de su proximidad a Manhattan pero no sus inconvenientes. 

Bay Ridge, está ubicado en la esquina suroeste de Brooklyn y rodeado en su gran mayoría por el agua de Upper New York Bay. En este encantador barrio, fundamentalmente familiar, no es nada raro encontrar, terceras y hasta cuartas generaciones, en inmensas casas trasmitidas de padres a hijos y que actualmente serian imposibles comprar, debido a la popularidad que ha adquirido el Borough en los últimos años.

En los años 90 era un barrio de irlandeses e italianos, pero actualmente es una mezcla de culturas, idiomas y religiones muy curioso de visitar. La 3 y 5 Avenida son las principales calles comerciales,y en ellas conviven en perfecta armonía,  tiendas 99 cents regentadas por árabes, bodegas de griegos, salones de belleza de chinos, o restaurantes italianos cuyo hilo musical ambienta la acera con canciones de Julio Iglesias.

En Bay Ridge uno de mis rincones favoritos es Owls Head Park, inmensos arboles centenarios, grandes explanadas de hierba donde las familias se reunen el fin de semana para hacer picnic, pero sobre todo, las maravillosas vistas de Manhattan y el puente Verrazano, desde el American Veterans Memorial Pier.


Al caer a tarde, se disfruta de una puesta de sol muy especial en la que pescadores anclados en sus sillas, con las cañas lanzadas al ¨The Bay Ridge Anchorage¨, los niños montando en bicicleta, y familias que piden pizza para cenar, se mezclan nuevamente, sin importar, color, religión, origen, como solo en éste país se puede hacer, donde nadie es de aquí o todos puede serlo.

En el malecón se encuentra una inmensa campana de bronce "The Beacon Memorial", del escultor Robert Ressler, y en la base se puede leer: "Brooklyn remembers...for those lost on september 11,2001"

Y es que desde el Pier, impresiona ver el One World Trade Center, sin poder evitar que la mente evoque aquel espantoso 11 de septiembre e imaginar como se debieron sentir todos aquellos que desde este punto veían aterrorizados como caían las Torres Gemelas, y con ellas quizás, familiares, amigos, compañeros...

Pero como la vida sigue, solo puedo decir, en esta semana de recuerdos y conmemoraciones, que me alegro de poder escribir y que os agradezco que lo leáis, pero sobre todo, que cada día soy más feliz por el privilegio de poder abrir los ojos cada mañana y disfrutar de un día más en esta maravillosa ciudad.

Que tengáis una feliz semana!