En eso, tienen mucho que ver, por no decir todo, las personas que te encuentras.
Me siento afortunada por poder decir que mi amiga Anny, ha pasado de ser esa conocida del barrio, de origen dominicano, aunque más newyorkina que el mismísimo Woody Allen, a formar parte indispensable de esta nueva familia que hemos encontrado. Pero sobre todo y sin lugar a dudas, es una de las personas que más me ha ayudado a sentir esta ciudad como mi nuevo hogar.
Tengo para mucho más que un post con todos los rincones que he descubierto a su lado, pero hoy me gustaría compartir con vosotros el barrio de Cobble Hill.
Este famoso barrio situado en el noroeste Brooklyn, es adorado por los newyorkinos, por su proximidad a Manhattan, pero sin perder ni un ápice del encanto de los barrios familiares, con calles repletas de comercios, parques pequeños y acogedores, y el ya conocido por vosotros Pier 6, para tomar el ferry a Governor Island.
Cobble Hill, con esa mezcla de arquitecturas, los edificios de 1800 con sus famosas escaleras de incendios exteriores y los típicos brownstones. Los restaurantes de moda y las tiendas vintage convierten a este barrio en uno de los mas trendy de Brooklyn.
Las calles mas comerciales son Smith y Court, junto con Atlantic Avenue, en ellas es fácil descubrir los restaurantes con más encanto de Brooklyn, tanto que durante el fin de semana para tomar el brunch tienes que hacer cola en la calle, te acompañe o no el buen tiempo. Especialmente recomendable el Cafe Lulu, con su chickpea salad, es decir, los garbanzos de toda la vida.
Tiendas de moda, donde encuentras desde las ultimas sneakers, a botas de agua con unos precios imposibles, y que deben servir, no solo para que no te mojes los pies, sino para que veas el día radiante y luminoso. Papelerías, tiendas de dulces, o flea markets con vaqueros que se pondría en su día Nora Jones, una de las celebrities del barrio.
De este barrio, destacan los browstones, las famosas casas de piedra marrón con escaleras y jardines delanteros, tan típicos de Brooklyn. Las puertas de las casas, las pintan, las decoran con mimo, las llenan de flores, buscan los adornos temporales, Halloween, Thanksgivin, Christmas.... como si el exterior de sus casas fuera una prolongación de su propio salón.
Es imposible pasar por ellas y no desear que alguna vez la vida, te permita tener unas escaleras como esas para sentarte a leer mientras tomas un café.